La presencia de Maragatería y Astorga en la obra de Enrique Gil es breve (aparece cinco veces en El Señor de Bembibre, nunca referido a la ciudad, sino al marqués y al obispo); ninguna mención en el resto de su obra, excepto los tres artículos de viajes y costumbres recogidos en esta antología.

En 1843, Gil publicó en el diario El Sol las siete entregas de su Bosquejo de un viaje a una provincia del interior, de las que dedica a Astorga el número 99, publicado el 13 de marzo. Los otros dos artículos se publicaron en el Semanario Pintoresco Español (Los maragatos, 1839) y en Los españoles pintados por sí mismos (El maragato, 1844). Incluimos también el poema La campana de la oración por la evocación astorgana de ese tañido al alba y toque de ángelus que podría ser —dice Gullón— la campana María de la catedral maragata, cuyo son despierta en el poeta una misteriosa voz interior.

Cinco lecturas maragatas

La obra se enriquece con facsímiles de los artículos de Gil, fotos del Archivo Loty (cortesía del ILC) y textos de autores relevantes: un fragmento de la biografía de José María Goy Enrique Gil y Carrasco. Su vida y sus escritos (El Pensamiento Astorgano, 1924); el capítulo “Adolescencia” de Cisne sin lago, de Ricardo Gullón (1951), el crítico que mejor comprende a nuestro novelista; El viajero Enrique Gil, del añorado profesor Carro Celada; Pervivir en la obra, del astorgano-charro Andrés Martínez Oria; y la delicada miniatura de Marifé Santiago Bolaños Un viaje a Maragatería con Gil y Carrasco.

Enrique Gil y Astorga se edita con la valiosa ayuda del Ayuntamiento de Astorga, y ofrece a todos los amantes de la capital maragata la posibilidad de leer a Gil con el mismo placer y provecho que los miles de suscriptores que en 1839 seguían sus pasos en el Semanario Pintoresco Español.

Edita: Fundación Biblioteca Enrique Gil

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